Sección destinada a los artículos sobre historia, espiritualidad, vida de Hermandad, opinión y demás aspectos relacionados con la corporación.

“La creación, expectante, está aguardando la manifestación de los hijos de Dios”
 
Cada año, a través de la Madre Iglesia, Dios «concede a sus hijos anhelar, con el gozo de habernos purificado, la solemnidad de la Pascua, para que […] por la celebración de los misterios que nos dieron nueva vida, lleguemos a ser con plenitud hijos de Dios» (Prefacio I de Cuaresma). De este modo podemos caminar, de Pascua en Pascua, hacia el cumplimiento de aquella salvación que ya hemos recibido gracias al misterio pascual de Cristo: «Pues hemos sido salvados en esperanza» (Rm 8,24).
Este misterio de salvación, que ya obra en nosotros durante la vida terrena, es un proceso dinámico que incluye también a la historia y a toda la creación. San Pablo llega a decir: «La creación, expectante, está aguardando la manifestación de los hijos de Dios» (Rm8,19). Desde esta perspectiva querría sugerir algunos puntos de reflexión, que acompañen nuestro camino de conversión en la próxima Cuaresma.
 
1. La redención de la creación
La celebración del Triduo Pascual de la pasión, muerte y resurrección de Cristo, culmen del año litúrgico, nos llama una y otra vez a vivir un itinerario de preparación, conscientes de que ser conformes a Cristo (cf. Rm 8,29) es un don inestimable de la misericordia de Dios.
 
Si el hombre vive como hijo de Dios, si vive como persona redimida, que se deja llevar por el Espíritu Santo (cf. Rm 8,14), y sabe reconocer y poner en práctica la ley de Dios, comenzando por la que está inscrita en su corazón y en la naturaleza, beneficia también a la creación, cooperando en su redención.
 
Por esto, la creación —dice san Pablo— desea ardientemente que se manifiesten los hijos de Dios, es decir, que cuantos gozan de la gracia del misterio pascual de Jesús disfruten plenamente de sus frutos, destinados a alcanzar su maduración completa en la redención del mismo cuerpo humano. Cuando la caridad de Cristo transfigura la vida de los santos —espíritu, alma y cuerpo—, estos alaban a Dios y, con la oración, la contemplación y el arte hacen partícipes de ello también a las criaturas, como demuestra de forma admirable el “Cántico del hermano sol” de san Francisco de Asís (cf. Enc. Laudato si’, 87). Sin embargo, en este mundo la armonía generada por la redención está amenazada, hoy y siempre, por la fuerza negativa del pecado y de la muerte.
 
2. La fuerza destructiva del pecado
Efectivamente, cuando no vivimos como hijos de Dios, a menudo tenemos comportamientos destructivos hacia el prójimo y las demás criaturas —y también hacia nosotros mismos—, al considerar, más o menos conscientemente, que podemos usarlos como nos plazca.
 
Entonces, domina la intemperancia y eso lleva a un estilo de vida que viola los límites que nuestra condición humana y la naturaleza nos piden respetar, y se siguen los deseos incontrolados que en el libro de la Sabiduría se atribuyen a los impíos, o sea a quienes no tienen a Dios como punto de referencia de sus acciones, ni una esperanza para el futuro (cf. 2,1-11). Si no anhelamos continuamente la Pascua, si no vivimos en el horizonte de la Resurrección, está claro que la lógica del todo y ya, del tener cada vez más acaba por imponerse.
 
Como sabemos, la causa de todo mal es el pecado, que desde su aparición entre los hombres interrumpió la comunión con Dios, con los demás y con la creación, a la cual estamos vinculados ante todo mediante nuestro cuerpo.
 
El hecho de que se haya roto la comunión con Dios, también ha dañado la relación armoniosa de los seres humanos con el ambiente en el que están llamados a vivir, de manera que el jardín se ha transformado en un desierto (cf. Gn 3,17-18). Se trata del pecado que lleva al hombre a considerarse el dios de la creación, a sentirse su dueño absoluto y a no usarla para el fin deseado por el Creador, sino para su propio interés, en detrimento de las criaturas y de los demás.
 
Cuando se abandona la ley de Dios, la ley del amor, acaba triunfando la ley del más fuerte sobre el más débil. El pecado que anida en el corazón del hombre (cf. Mc 7,20-23) —y se manifiesta como avidez, afán por un bienestar desmedido, desinterés por el bien de los demás y a menudo también por el propio— lleva a la explotación de la creación, de las personas y del medio ambiente, según la codicia insaciable que considera todo deseo como un derecho y que antes o después acabará por destruir incluso a quien vive bajo su dominio.
 
3. La fuerza regeneradora del arrepentimiento y del perdón.
Por esto, la creación tiene la irrefrenable necesidad de que se manifiesten los hijos de Dios, aquellos que se han convertido en una “nueva creación”: «Si alguno está en Cristo, es una criatura nueva. Lo viejo ha pasado, ha comenzado lo nuevo» (2 Co5,17). En efecto, manifestándose, también la creación puede “celebrar la Pascua”: abrirse a los cielos nuevos y a la tierra nueva (cf. Ap 21,1).
 
Y el camino hacia la Pascua nos llama precisamente a restaurar nuestro rostro y nuestro corazón de cristianos, mediante el arrepentimiento, la conversión y el perdón, para poder vivir toda la riqueza de la gracia del misterio pascual.
 
Esta “impaciencia”, esta expectación de la creación encontrará cumplimiento cuando se manifiesten los hijos de Dios, es decir cuando los cristianos y todos los hombres emprendan con decisión el “trabajo” que supone la conversión. Toda la creación está llamada a salir, junto con nosotros, «de la esclavitud de la corrupción para entrar en la gloriosa libertad de los hijos de Dios» (Rm 8,21).
 
La Cuaresma es signo sacramental de esta conversión, es una llamada a los cristianos a encarnar más intensa y concretamente el misterio pascual en su vida personal, familiar y social, en particular, mediante el ayuno, la oración y la limosna.
 
Ayunar, o sea aprender a cambiar nuestra actitud con los demás y con las criaturas: de la tentación de “devorarlo” todo, para saciar nuestra avidez, a la capacidad de sufrir por amor, que puede colmar el vacío de nuestro corazón.
 
Orar para saber renunciar a la idolatría y a la autosuficiencia de nuestro yo, y declararnos necesitados del Señor y de su misericordia.
 
Dar limosna para salir de la necedad de vivir y acumularlo todo para nosotros mismos, creyendo que así nos aseguramos un futuro que no nos pertenece. Y volver a encontrar así la alegría del proyecto que Dios ha puesto en la creación y en nuestro corazón, es decir amarle, amar a nuestros hermanos y al mundo entero, y encontrar en este amor la verdadera felicidad.
 
Queridos hermanos y hermanas, la “Cuaresma” del Hijo de Dios fue un entrar en el desierto de la creación para hacer que volviese a ser aquel jardín de la comunión con Dios que era antes del pecado original (cf. Mc 1,12-13; Is 51,3).
 
Que nuestra Cuaresma suponga recorrer ese mismo camino, para llevar también la esperanza de Cristo a la creación, que «será liberada de la esclavitud de la corrupción para entrar en la gloriosa libertad de los hijos de Dios» (Rm 8,21). No dejemos transcurrir en vano este tiempo favorable. Pidamos a Dios que nos ayude a emprender un camino de verdadera conversión.
 
Abandonemos el egoísmo, la mirada fija en nosotros mismos, y dirijámonos a la Pascua de Jesús; hagámonos prójimos de nuestros hermanos y hermanas que pasan dificultades, compartiendo con ellos nuestros bienes espirituales y materiales. Así, acogiendo en lo concreto de nuestra vida la victoria de Cristo sobre el pecado y la muerte, atraeremos su fuerza transformadora también sobre la creación.
 
Vaticano, 4 de octubre de 2018, Fiesta de San Francisco de Asís.
Francisco

Concierto Extraordinario del 75 Aniversario Fundacional de la Hermandad

1ª Parte
Música, música para aquello que no puede decirse con palabras, pero que no puede quedar en silencio. Para contar todo aquello que aún es desconocido. Para contar de la manera más bella, las más terribles tragedias. Apareció hace miles de años, y viene acompañando al hombre a cada paso a través de los siglos. Es el refugio de las miserias de la vida. Es ese impulso que nos invita a caminar con la alegría, de saber que es Ella, María, quien nos lleva cogidos de su mano. Es el anhelo que nos colma de esperanza, es la ilusión que te llena de luz, que se queda cerca de la memoria para borrar el dolor, la tristeza y la angustia… Es el arte que nos une en un mismo camino; es la manifestación más etérea de todo aquello que vivimos, que sentimos y que celebramos.  Es el don con el que los compositores expresan adoración, alabanza, plegarias, y súplicas… Es la música para ensalzar a la Madre de Dios, es la Música para una Reina.
 
Nos convoca en esta mañana de domingo, la Pontificia e Ilustre Hermandad Sacramental y Cofradía de Nazarenos, de Jesús de la Sentencia y María Santísima de las Maravillas, dentro de un marco extraordinario, en el que vienen celebrando su propia historia, una historia llena de vida, una historia hecha Hermandad, y que alcanza ya 75 años de Maravillas en Granada. En 75 años de historia, 20 años no son nada, o pueden ser toda una vida. Cuántas cosas no han pasado en 20 años… cuántas vivencias, cuántas anécdotas, cuántas emociones guardadas en el mejor rincón de la memoria, compartidas con aquellos amigos, que hoy son insustituibles compañeros en el camino de la vida… y siempre al lado de la Virgen.  Esta puede ser la historia de cualquiera de vosotros… de JuanPa, de Silvia, de Melchor, de Juan Vicente, de Miguel, de Rocío, de Mari Carmen, de Armando, de Paco, de Clemente, de Manolo, de Marisa, y así un largo etcétera difícil de enumerar, pero imposible de olvidar… Echar la vista atrás, es como abrir el cajón de los recuerdos, que en muchas ocasiones nos hace tomar conciencia del camino recorrido. Cuántos Domingos de Ramos os habéis quedado nuevamente enamorados de la belleza de la Virgen de las Maravillas… en cuántos momentos la Virgen os arrebató la razón haciendo que olvidarais hasta de cómo os llamáis? O hacia dónde vais?  
 
Cuántos Domingos de Ramos al irte a dormir ya entrado el Lunes Santo, la primera imagen que aparece en vuestra mente es la de su paso de palio recortado en el arco de medio punto de San Pedro? Es como la película de vuestras vidas… y ahora decidme, pensadlo, qué marcha suena en cada uno de esos momentos? Todos esos momentos grabados para siempre en vuestra memoria, tienen una marcha. Esa banda sonora es real, y cada uno de estos 96 músicos la hacen posible cada Domingo de Ramos.  Esta mañana, la Hermandad nos convoca para trasladarnos a la magia de la tarde más bonita del año. La música que acompasa el caminar elegante y solemne de nuestra Virgen de las Maravillas, será la encargada de adelantarnos esas emociones que, a buen seguro, esperamos con ilusión. Bajo el título Música para una Reina la Hermandad quiere compartir con todos vosotros – que habéis tenido a bien acompañarnos en esta mañana – el estreno absoluto de cuatro composiciones nuevas, que vienen a enriquecer su patrimonio musical, de una manera especial, con motivo del 75 aniversario de la Fundación de esta Corporación Nazarena.
 
Es difícil encontrar la manera de transmitir con palabras, qué significa San Isidro de Armilla para la Semana Santa de Granada, cuando su mejor carta de presentación se va escribiendo año tras año tras el paso de palio de la Virgen de las Maravillas, y ya van cuatro lustros… Tal es así, que hablar del Domingo de Ramos en la calle más bonita del mundo, evoca todo el clasicismo de la Banda de Armilla… En su largo caminar, han acompañado en Granada a La Encarnación, La Luz, El Rosario, La Misericordia, La Alegría, Las Maravillas, La Aurora, El Mayor Dolor, Las Penas, La Amargura Coronada y la Virgen de la Soledad de la Parroquia de Santo Domingo. Pero su música no solo invita a caminar a pasos de palio aquí, lo ha hecho también fuera de nuestra provincia, paseando el nombre de Armilla por numerosos puntos de la geografía andaluza, de los que podríamos destacar, capitales como Almería y Málaga. Y es que una de las características que distingue a nuestra Banda, es su capacidad de superación de sí misma, es su propia lucha para alcanzar nuevas metas, para abrirse nuevas puertas y recorrer nuevos caminos consolidándose como todo un referente en la música procesional andaluza. Los cimientos de esta formación los sentaron Manuel Jiménez y José María Sola, para que se cuajara un equipo perfecto entre Antonio Adarve Chica, como Presidente, Melchor Perelló al frente con su experimentada batuta, y los 96 músicos que hacen realidad en Granada el tener una Banda de la talla de San Isidro. San Isidro ha sabido ir conformando un repertorio extenso, con el que proporcionar a cada hermandad lo que requiere. Esto permite que en cada palio creen momentos únicos y singulares, tan mimetizados en el contexto de la propia corporación, que esa música procesional torna en música de hermandad siendo ellos mismos una parte más del propio cortejo en el que se internan. Su rica historia también se va enriqueciendo junto a cada una de las dolorosas a las que acompañan. Dentro de esa historia cabe destacar el acompañamiento extraordinario que realizaron para Nuestra Madre y Señora de la Consolación el pasado 4 de junio de 2016. Aquella tarde, mi Bendita Madre de la Consolación recorrió el centro de la ciudad acompañada por la profesionalidad y el cariño de esta Banda, de mi Banda… Recibieron el premio Nazareno del Año que concede Radio Granada junto al Corte Inglés. Un galardón de plata con el que nuestra Semana Santa vino a subrayar en el año 2016, que son una Banda de Oro. Hoy van a interpretar un programa extraordinario, que a buen seguro nos va a llevar a esa tarde en la que la Virgen, y este privilegiado entorno, hacen que sea la más bonita del año.
 
En esta primera parte interpretarán: «Madre y Dolorosa», de José Melchor Perelló Lavilla; «Sé siempre nuestra Esperanza», de Rubén Jordán Flores; «El Cachorro», de Pedro Gámez Laserna; «Cristo del Amor», de Fco. Javier Moreno y «Mª Stma. del Subterráneo», de Pedro Gámez Laserna.
 
Como decía, la Hermandad ya no entiende un Domingo de Ramos sin los sones de su banda, de San Isidro de Armilla, al igual que todos ellos, no entienden el Domingo de Ramos sin su Hermandad de las Maravillas. Yo, ya les dejo con ellos, así suena Armilla en Domingo de Ramos, este es el sentimiento de los músicos de la Banda de San Isidro. Les dejo con su mensaje, a través de las palabras de Clemente Maillo, a través de la música de todos y cada uno de ellos, de la Asociación Musical, San Isidro de Armilla.
 
Clemente Maillo – «Bajo la Alhambra, transcurre sigiloso el agua serpenteante del Río Darro. Granada, bañada por  los siglos de historia y tradición, expectante cada Domingo de Ramos ante la mirada de la Iglesia de San Pedro y San Pablo. El adoquín de los años, el petril del río, la Casa de Castril, cruz en el compás de la Iglesia… el calor propio de Granada donde no cabe un alma más en la bella estampa del Domingo de Ramos. Y suenan las campanas, revolotean al compás del bello palio de cajón de damasco celeste que atraviesa poco a poco el dintel de la puerta de la Iglesia, tallando el sol sus formas y colores. Sale la Virgen de las Maravillas, suena la primera marcha que es un himno al Domingo de Ramos,  banderín de la banda al cielo, que estalla en melodías, ritmos y rezos. Sones de la Asociación Musical San Isidro de Armilla un año más, y ya van veinte, bajo la dirección de J. Melchor Perelló Lavilla. Veinte ilusiones en cada marcha, en cada chicotá, en cada levantá, en cada centímetro del andar tras el palio renacentista. Veinte años de compromiso, de cariño, de empeño, de cercanía, de ser la cola del manto, el último en la Hermandad. Decir Virgen de las Maravillas tras la Sentencia de Cristo, es decir Asociación Musical San Isidro de Armilla, porque no se entiende el andar del palio de la Virgen atribuida a Pedro Mena, sin el sentir melódico de San Isidro. Conjunción única y personalísima, como la advocación mariana a la que acompañamos, fluyendo de los pentagramas de la Asociación, marchas de propia factura como “Sale la Virgen de las Maravillas” (Víctor M. Ferrer), “Maravillas por el Darro” (Victor J. Rodríguez) y “Lux Albae” (Jesús Alonso) y las que se estrenan en este concierto en el que aúnamos el LXXV aniversario de la Hermandad y el XX aniversario de acompañamiento musical, como “Maravillas” (Erik Luque) y “Maravillas, Madre y Señora” (Elías Santiago).  Los años nos han hecho madurar y crecer junto a la Hermandad; de niños a adolescentes, de adolescentes a adultos; un crescendo constante que nos ha llevado a estrechar lazos con los hermanos en al son de la gloria cada Domingo de Ramos. Maravillas y San Isidro,  San Isidro y Maravillas; durante veinte años Granada ha soñado en cada salida, en cada calle, en cada regreso de madrugada. Veinte Domingos de Ramos y los que nos quedan, gracias a quienes siguen confiando en nuestra constancia y nuestro esfuerzo. Gracias a la Hermandad, gracias a Granada. Que sigan obrándose las Maravillas».
 
2ª Parte
Antes os decía que la música, es la manera más bella de contar las más terribles tragedias. Su música, es como Ella, profunda, melancólica, envuelta en un clasicismo que nos consuela y nos llena de esperanza. Así es la Música para la Reina de las Maravillas. A lo largo de estos 75 años, siete han sido las composiciones dedicadas a la bella Imagen de la Virgen de las Maravillas. Desde el maestro Faus en 1956 hasta Jesús Alonso en 2010, han dejado su música para la Virgen, nombres como Joaquín Tesifón Rojas, Francisco Rojo, Miguel Ángel Casares López, Víctor Manuel Ferrer Castillo, y Víctor José Rodríguez Merino.  Cuando las hermandades crecen, lo hacen gracias a la madurez de sus Cabildos de Oficiales, gracias al compromiso de sus hermanos. Como ya dijo el profesor López-Guadalupe, la suma de todos nos hace fuertes, la entrega de todos nos hace grandes. Hoy, gracias al trabajo de los hermanos de Sentencia y Maravillas, y gracias a nuestra Banda, vivimos un día de estreno. La Virgen, va marcando en cada uno de nosotros una manera de sentir, de creer, de rezar… y sin darnos cuenta, va dejando impresas en nuestra retina algunas sensaciones que siempre dejan huella. Ese es el caso de muchas personas que llegan a San Pedro buscando la mirada cabizbaja de la Virgen, en ese gesto perdido en su pañuelo, lleno de un dolor contenido, aún sereno.
 
Ella siempre espera nuestra visita aquí en esta Santa Casa, con nuestra oración aquí, o desde cualquier otro sitio… y va con nosotros desde el primer instante en el que cruzamos el pretil del Darro para encontrarnos con Ella. Aquel primer Domingo de Ramos pudo ser radiante, lleno de sol, como nos gusta a todos los cofrades, en un mar de sensaciones que con el paso del tiempo, permanecen intactas… o por lo contrario pudo ser desapacible y apático, de los que vuelve locos a cualquier Diputado Mayor de Gobierno… Por desgracia, todos hay que saber afrontarlos, pero lo mejor de ello, es saber, que en todos siempre está la Virgen esperándonos, y es quien luego no nos deja marchar solos. Quizás pudo ser eso lo que le ocurrió al joven Elías. Iba a ser su primera Semana Santa en Granada, y además la iba a vivir desde la perspectiva de los músicos de la Banda de Armilla… casi nada… Aquella ilusión puesta en la primera jornada de la semana, no llenó las expectativas de Elías, pero la Virgen sí supo dejar en él una semilla que daría su fruto, sin tener que esperar mucho. Elías Santiago Vico, es el compositor de Maravillas, Madre y Señora, inspirada en su primer Domingo de Ramos, junto a la Virgen. Granadino, nacido en Montejícar, comenzó su formación musical en su pueblo natal, para continuar seguidamente en Huelma. En el Conservatorio Ángel Barrios de Granada, ha destacado como virtuoso pianista. Forma parte de esta gran familia desde 2017, y a pesar de sus 19 años cuenta ya con tres composiciones, dos de ellas dedicadas a la Patrona de su pueblo, y una tercera dedicada a su titular, la Virgen del Mayor Dolor. Recientemente también ha compuesto Remedios, Madre y Patrona, dedicada a la Patrona de Iznalloz. Ahora ya sí les dejo con Elías Santiago Vico al frente de su Banda, interpretarán «Maravillas, Madre y Señora».
 
 
Cuando se compone desde el sentimiento más íntimo, surgen marchas como esta que Elías Santiago acaba de legar al Patrimonio Musical de la Hermandad. Nuestro agradecimiento público y sincero. Cada una de las marchas que hoy, tenemos el privilegio de estrenar, llevan detrás plegarias, deseos, sueños por cumplir, ilusiones, anhelos… y así podría seguir, hasta enumerar todo lo que recoge una composición musical… y es que estos pentagramas llevan impresos, todo aquello que no podemos expresar con palabras, pero que no puede quedar en silencio.
 
El siguiente estreno, nos llega desde Málaga capital, directo al corazón de Granada. La calle más bella del mundo ha inspirado cada uno de los giros melódicos que en un momento nos van a deleitar. La Carrera del Darro se llena de júbilo en esa tarde de primavera cuando la Virgen, camina elegante bajo la exquisitez de su palio.  Esta composición, es la primera para nuestra Semana Santa, dentro de este género musical, que viene a denominarse con forma Saeta, de hecho, el subtítulo de la marcha es el de «Saeta Granaína». «Virgen de las Maravillas», de Francisco Jesús Flores Matute recoge esos momentos de alegría que la Virgen va recreando en la Carrera del Darro, al tiempo que recoge también el carácter de la Granada melancólica y eterna, el rezo medido, callado en esas noches de Domingo de Ramos en las que se dejan escuchar voces de saetas, cantos nazarís… Ese desarrollo musical, es el llanto de un devoto emocionado… Es el sentimiento, de la ciudad más bella de Andalucía. La Virgen de las Maravillas, que tantas saetas ha inspirado a lo largo de toda su historia, recibe ahora esta composición, singular y única. Francisco Jesús Flores Matute, es Historiador del Arte, y está licenciado en composición, teoría musical y piano por el Conservatorio Superior de Música de Málaga. En el campo de su producción musical, destacan “Regina Decor Carmeli”, dedicada a Ntra. Señora del Carmen de San Cayetano, de Córdoba; “Rosae Caeli”, dedicada a María Stma. de la Amargura de la Hermandad de Zamarrilla, de Málaga; o “Los Remedios”, dedicada a Nuestra Señora de los Remedios, Patrona de la Feligresía de los Santos Mártires, de Málaga. La composición que se estrena a continuación, es su primer trabajo para Granada. Ya sí, les dejo de nuevo con la Banda de Armilla, que interpretarán «Virgen de las Maravillas», de Francisco Jesús Flores Matute.
 
 
Sin duda, además de un profundo conocimiento en las nobles artes de la música, estoy convencida de que los compositores, tienen un don especial.  Nuestra gratitud también a Francisco Jesús Flores Matute por plasmar en el papel pautado ese compendio de emociones que recrea la Virgen de las Maravillas. Continuamos con el tercero de los estrenos de esta mañana. La Carrera del Darro es una fuente de inspiración inagotable. También lo es para Erik Luque Vega, quien ha encontrado en este entorno el estímulo necesario para escribir.  Un enclave único, infinidad de vivencias, y un profundo cariño a esta bellísima dolorosa han alentado a ese joven compositor, que ha querido plasmar sus emociones en la marcha que le ha dedicado a María Santísima de las Maravillas, con motivo del 75 aniversario. El dolor contenido, no exento de belleza, por la certeza de saber que al final de ese largo camino nos espera la gloria de la resurrección, nos hace entender más aún el gesto delicado y sereno de la Virgen. Como decía, aquello que no se puede explicar con palabras, se puede hacer con música, y Erik, así lo narra con esta nueva marcha. Erik Luque Vega, es un joven músico granadino natural de Otura donde inició su formación. Ha cursado estudios de Trompa y Pedagogía de la Música en el Real Conservatorio Superior de Música «Victoria Eugenia» de Granada. En su producción musical, destacan “Luz del Zaidín” para la popular dolorosa zaidinera, “El Albayzín te Corona” para María Stma. de la Aurora o “Y de la flor, una Corona” para María Stma. de la Amargura, todas ellas para Granada. Ya sí, recibimos al joven compositor Erik Luque Vega. Suena, «Maravillas».
 
 
Creo que, aquí se encuentran parte de las vivencias junto a la Virgen de las Maravillas, no sólo de Erik, sino de muchos de sus compañeros, con los que comparte sus horas de ensayo, y de acompañamiento a las Hermandades. Nuestro agradecimiento también a ti, Erik, por tu esfuerzo en este 75 aniversario. Y llegamos al principio del fin… al fin que dará paso a un nuevo comienzo, a una nueva primavera… La Virgen volverá a presidir su paso de palio, el mismo que abrirá los dinteles de la gloria, y a recortar su silueta en el contraluz de ese arco de medio punto… Cerramos este concierto extraordinario con la primera marcha procesional que Rubén Jordán Flores ha escrito para Granada, aunque no la primera composición que dedica a esta tierra. En el periodo de estos dos años, ha compuesto las saetillas para capilla musical dedicadas a Nuestra Madre y Señora de la Consolación, bajo el título de Reina y Abadesa, Consolación, Madre y Señora, y Consolación Franciscana. La marcha que ahora presentamos, Virgen del Darro, recoge las impresiones de un joven con raíces granadinas, de un alicantino que mira a Granada con anhelo, envuelto en la memoria de su propia vida. Profundo conocedor de Granada, amante respetuoso de su historia y de sus tradiciones, cariño heredado de sus abuelos, sin duda inmejorables transmisores de las tradiciones y de la cultura de un pueblo.  Licenciado en Composición por el Conservatorio Superior de Música “Óscar Esplá” de Alicante, Rubén en esta nueva composición, pretende sonar a Granada, a esa Granada que anida en su recuerdo.  Nos ofrece una marcha solemne, llena de fuerza y a su vez de melancolía, que dibuja en el aire el clasicismo de la Virgen de las Maravillas, el romanticismo de la calle más bonita del mundo que concentra toda la belleza que Ella imprime. El mismo compositor describe su composición como una búsqueda de luz imparable, que se filtra por los recodos de un jardín interminable por el que va caminando la Imagen de la Madre de Dios, que en Granada concentra ese compendio de virtudes que nos elevan hasta la Reina del Cielo.  Es el compositor de numerosas marchas, de las que cabe destacar “Bajo tu Amparo”, dedicada a Ntra. Señora del Amparo, de Sevilla, a quien también le compuso la Misa Reffugium Peccatorum; Madre de los Javieres, dedicada a Ntra. Sra. de Gracia y Amparo, de Sevilla; o “Sé siempre nuestra Esperanza”, dedicada a Ntra. Señora de la Esperanza Macarena, de Sevilla.  Dejamos paso de nuevo, a la Música para una Reina, para poner el broche a este concierto de oro. Suena «Virgen del Darro», de Rubén Jordán Flores.
 
 
Por N.H. Carolina Fernández Herrera

A propuesta de la Comisión Organizadora, por acuerdo de la Junta de Gobierno y con la aprobación del Cabildo General, en fecha de 23 de Junio de 2017, se ha establecido el siguiente programa de actos con los  que esta Hermandad quiere celebrar su presencia en la Semana Santa granadina durante tres cuartos de siglo. Dicho programa se iniciara en la Cuaresma de este año de 2018 y se prolongara hasta el cierre del curso 2019. El lugar y la hora de los actos no fijados todavía serán anunciados en su momento por los canales habituales de información y se sucederán de la siguiente forma:

Logotipo

Tomando como referencia el escudo fundacional; la “S” y el clavo entrelazado tomado de la simbología y lengua latina que se lee como “esclavo”. El rojo burdeos de la “S” y el blanco para el fondo, nos evocan los colores corporativos actuales. Entrelazado con este símbolo aparece en oro el número “75”, referente a la efeméride y se cierra la composición con las fechas que comprenden este aniversario; 1944 y 2019.
 
Lema
“Recordad y proclamad las Maravillas del Señor”
 
Tomado de los salmos 95 y 105, nos evoca las dos acciones que deben marcar esta efeméride; recordar los 75 años de culto a Dios transcurridos y reafirmarnos en seguir proclamando su grandeza ante los hombres.
 
Actos y Cultos
 
· Cuaresma de 2018: días 1, 2 y 3 de marzo, a las 20:00 horas, Solemne Triduo de exaltación a la Santísima Trinidad  – Dios Padre, Dios Hijo en la figura de Jesús de la Sentencia y Espíritu Santo- , así como a la Madre de Dios hecho hombre  en la advocación de María Stma. de las Maravillas. El domingo 4 de marzo, a las 11:00 horas, Solemne celebración Eucarística que, siendo la Misa Principal de Instituto, tendrá carácter de apertura de los actos del 75 aniversario.
 
· 13 al 20 de mayo de 2018: Jesús de la Sentencia, como recuerdo histórico,  será expuesto en la hornacina  que primitivamente ocupó en la Iglesia de San Pedro y San Pablo. Será trasladado desde su actual capilla, con la máxima solemnidad,  tras la celebración de los Cultos Mensuales de la Hermandad del domingo día 13.
 
· 9 de septiembre de 2018: a las 11:00 h, solemne Celebración Eucarística dedicada a Mª Stma. de las Maravillas (el día 10 es su onomástica). Tras de la misma, la Hermandad hará pública su incorporación  una obra social, por determinar, que tenga por objetivo central la protección de la mujer como imagen de María.
 
· 11 de noviembre de 2018: tras la celebración de los Cultos Mensuales, presentación de la composición musical conmemorativa,  obra del prestigioso compositor D. Rubén Jordán Flores.
 
· 2 de febrero de 2019: acto de entrega del nombramiento de Camareras Honorarias de Mª Stma. de las Maravillas a la Comunidad de Religiosas Dominicas del Convento de Santa Catalina de Zafra. Convento de Zafra. En horario de tarde.
 
· 16 de febrero de 2019: Solemne Eucaristía en Acción de Gracias, en la fecha en que se cumplen 75 años de la fundación Hermandad. 19:00 h.
 
· 2 de marzo de 2019: presentación del cartel del 75 Aniversario, obra pictórica que realizará el artista granadino D. Pablo Fernández Hurtado. Presentada por el Rvdo. Sr. D. José Gabriel Martín Rodríguez, Consiliario de la Hermandad.
 
· 7, 8 y 9 de marzo de 2019: Triduo Cuaresmal. Revestido de especial boato  y solemnidad. Tras la Misa Principal de Instituto, imposición de la insignia de la Cofradía a los hermanos con 25 o más años de antigüedad.
 
· 5 de abril de 2019: Solemne Viacrucis  Extraordinario con la imagen de Jesús de la Sentencia por las calles del barrio del Albayzín.
 
· Del 4 al 12 de mayo de 2019: exposición relativa al patrimonio y devoción de la Hermandad  hacia sus Sagrados Titulares en la Parroquia de San Pedro y San Pablo. Paralelamente tendrá lugar un ciclo de dos conferencias dedicadas a los Sagrados Titulares de la Hermandad. Horario por confirmar.
 
· 18 de mayo de 2019: Salida Extraordinaria de Mª Stma. de las Maravillas por las calles de Granada en acción de gracias por el 75 Aniversario de la Fundación de la Hermandad. En horario de tarde.
 
· Presentación del libro sobre la Hermandad: que con motivo del 75 Aniversario escribirá D. Antonio Padial Bailón. Fecha y hora por confirmar.
 
· 30 de junio de 2019: Solemne Eucaristía de Acción de Gracias  por la conclusión de los actos de celebración del 75 aniversario.
 
 
Comisión para el 75 Aniversario Fundacional
 
 
«Al crecer la maldad, se enfriará el amor en la mayoría» (Mt 24,12)
 
Queridos hermanos y hermanas:
Una vez más nos sale al encuentro la Pascua del Señor. Para prepararnos a recibirla, la Providencia de Dios nos ofrece cada año la Cuaresma, «signo sacramental de nuestra conversión»[1], que anuncia y realiza la posibilidad de volver al Señor con todo el corazón y con toda la vida.
 
Como todos los años, con este mensaje deseo ayudar a toda la Iglesia a vivir con gozo y con verdad este tiempo de gracia; y lo hago inspirándome en una expresión de Jesús en el Evangelio de Mateo: «Al crecer la maldad, se enfriará el amor en la mayoría» (24,12).
 
Esta frase se encuentra en el discurso que habla del fin de los tiempos y que está ambientado en Jerusalén, en el Monte de los Olivos, precisamente allí donde tendrá comienzo la pasión del Señor. Jesús, respondiendo a una pregunta de sus discípulos, anuncia una gran tribulación y describe la situación en la que podría encontrarse la comunidad de los fieles: frente a acontecimientos dolorosos, algunos falsos profetas engañarán a mucha gente hasta amenazar con apagar la caridad en los corazones, que es el centro de todo el Evangelio.
 
Los falsos profetas
Escuchemos este pasaje y preguntémonos: ¿qué formas asumen los falsos profetas?
Son como «encantadores de serpientes», o sea, se aprovechan de las emociones humanas para esclavizar a las personas y llevarlas adonde ellos quieren. Cuántos hijos de Dios se dejan fascinar por las lisonjas de un placer momentáneo, al que se le confunde con la felicidad. Cuántos hombres y mujeres viven como encantados por la ilusión del dinero, que los hace en realidad esclavos del lucro o de intereses mezquinos. Cuántos viven pensando que se bastan a sí mismos y caen presa de la soledad.
 
Otros falsos profetas son esos «charlatanes» que ofrecen soluciones sencillas e inmediatas para los sufrimientos, remedios que sin embargo resultan ser completamente inútiles: cuántos son los jóvenes a los que se les ofrece el falso remedio de la droga, de unas relaciones de «usar y tirar», de ganancias fáciles pero deshonestas. Cuántos se dejan cautivar por una vida completamente virtual, en que las relaciones parecen más sencillas y rápidas pero que después resultan dramáticamente sin sentido. Estos estafadores no sólo ofrecen cosas sin valor sino que quitan lo más valioso, como la dignidad, la libertad y la capacidad de amar. Es el engaño de la vanidad, que nos lleva a pavonearnos… haciéndonos caer en el ridículo; y el ridículo no tiene vuelta atrás. No es una sorpresa: desde siempre el demonio, que es «mentiroso y padre de la mentira» (Jn 8,44), presenta el mal como bien y lo falso como verdadero, para confundir el corazón del hombre. Cada uno de nosotros, por tanto, está llamado a discernir y a examinar en su corazón si se siente amenazado por las mentiras de estos falsos profetas. Tenemos que aprender a no quedarnos en un nivel inmediato, superficial, sino a reconocer qué cosas son las que dejan en nuestro interior una huella buena y más duradera, porque vienen de Dios y ciertamente sirven para nuestro bien.
 
Un corazón frío
Dante Alighieri, en su descripción del infierno, se imagina al diablo sentado en un trono de hielo[2]; su morada es el hielo del amor extinguido. Preguntémonos entonces: ¿cómo se enfría en nosotros la caridad? ¿Cuáles son las señales que nos indican que el amor corre el riesgo de apagarse en nosotros?
 
Lo que apaga la caridad es ante todo la avidez por el dinero, «raíz de todos los males» (1 Tm 6,10); a esta le sigue el rechazo de Dios y, por tanto, el no querer buscar consuelo en él, prefiriendo quedarnos con nuestra desolación antes que sentirnos confortados por su Palabra y sus Sacramentos[3]. Todo esto se transforma en violencia que se dirige contra aquellos que consideramos una amenaza para nuestras «certezas»: el niño por nacer, el anciano enfermo, el huésped de paso, el extranjero, así como el prójimo que no corresponde a nuestras expectativas.
 
También la creación es un testigo silencioso de este enfriamiento de la caridad: la tierra está envenenada a causa de los desechos arrojados por negligencia e interés; los mares, también contaminados, tienen que recubrir por desgracia los restos de tantos náufragos de las migraciones forzadas; los cielos —que en el designio de Dios cantan su gloria— se ven surcados por máquinas que hacen llover instrumentos de muerte.
 
El amor se enfría también en nuestras comunidades: en la Exhortación apostólica Evangelii gaudium traté de describir las señales más evidentes de esta falta de amor. estas son: la acedia egoísta, el pesimismo estéril, la tentación de aislarse y de entablar continuas guerras fratricidas, la mentalidad mundana que induce a ocuparse sólo de lo aparente, disminuyendo de este modo el entusiasmo misionero[4].
 
¿Qué podemos hacer?
Si vemos dentro de nosotros y a nuestro alrededor los signos que antes he descrito, la Iglesia, nuestra madre y maestra, además de la medicina a veces amarga de la verdad, nos ofrece en este tiempo de Cuaresma el dulce remedio de la oración, la limosna y el ayuno.
 
El hecho de dedicar más tiempo a la oración hace que nuestro corazón descubra las mentiras secretas con las cuales nos engañamos a nosotros mismos[5], para buscar finalmente el consuelo en Dios. Él es nuestro Padre y desea para nosotros la vida.
El ejercicio de la limosna nos libera de la avidez y nos ayuda a descubrir que el otro es mi hermano: nunca lo que tengo es sólo mío. Cuánto desearía que la limosna se convirtiera para todos en un auténtico estilo de vida. Al igual que, como cristianos, me gustaría que siguiésemos el ejemplo de los Apóstoles y viésemos en la posibilidad de compartir nuestros bienes con los demás un testimonio concreto de la comunión que vivimos en la Iglesia. A este propósito hago mía la exhortación de san Pablo, cuando invitaba a los corintios a participar en la colecta para la comunidad de Jerusalén: «Os conviene» (2 Co 8,10). Esto vale especialmente en Cuaresma, un tiempo en el que muchos organismos realizan colectas en favor de iglesias y poblaciones que pasan por dificultades. Y cuánto querría que también en nuestras relaciones cotidianas, ante cada hermano que nos pide ayuda, pensáramos que se trata de una llamada de la divina Providencia: cada limosna es una ocasión para participar en la Providencia de Dios hacia sus hijos; y si él hoy se sirve de mí para ayudar a un hermano, ¿no va a proveer también mañana a mis necesidades, él, que no se deja ganar por nadie en generosidad?[6]
 
El ayuno, por último, debilita nuestra violencia, nos desarma, y constituye una importante ocasión para crecer. Por una parte, nos permite experimentar lo que sienten aquellos que carecen de lo indispensable y conocen el aguijón del hambre; por otra, expresa la condición de nuestro espíritu, hambriento de bondad y sediento de la vida de Dios. El ayuno nos despierta, nos hace estar más atentos a Dios y al prójimo, inflama nuestra voluntad de obedecer a Dios, que es el único que sacia nuestra hambre.
 
Querría que mi voz traspasara las fronteras de la Iglesia Católica, para que llegara a todos ustedes, hombres y mujeres de buena voluntad, dispuestos a escuchar a Dios. Si se sienten afligidos como nosotros, porque en el mundo se extiende la iniquidad, si les preocupa la frialdad que paraliza el corazón y las obras, si ven que se debilita el sentido de una misma humanidad, únanse a nosotros para invocar juntos a Dios, para ayunar juntos y entregar juntos lo que podamos como ayuda para nuestros hermanos.
 
El fuego de la Pascua
Invito especialmente a los miembros de la Iglesia a emprender con celo el camino de la Cuaresma, sostenidos por la limosna, el ayuno y la oración. Si en muchos corazones a veces da la impresión de que la caridad se ha apagado, en el corazón de Dios no se apaga. Él siempre nos da una nueva oportunidad para que podamos empezar a amar de nuevo.
 
Una ocasión propicia será la iniciativa «24 horas para el Señor», que este año nos invita nuevamente a celebrar el Sacramento de la Reconciliación en un contexto de adoración eucarística. En el 2018 tendrá lugar el viernes 9 y el sábado 10 de marzo, inspirándose en las palabras del Salmo 130,4: «De ti procede el perdón». En cada diócesis, al menos una iglesia permanecerá abierta durante 24 horas seguidas, para permitir la oración de adoración y la confesión sacramental.
 
En la noche de Pascua reviviremos el sugestivo rito de encender el cirio pascual: la luz que proviene del «fuego nuevo» poco a poco disipará la oscuridad e iluminará la asamblea litúrgica. «Que la luz de Cristo, resucitado y glorioso, disipe las tinieblas de nuestro corazón y de nuestro espíritu»[7], para que todos podamos vivir la misma experiencia de los discípulos de Emaús: después de escuchar la Palabra del Señor y de alimentarnos con el Pan eucarístico nuestro corazón volverá a arder de fe, esperanza y caridad.
 
Los bendigo de todo corazón y rezo por ustedes. No se olviden de rezar por mí.
 
Vaticano, 1 de noviembre de 2017, Solemnidad de Todos los Santos
Francisco
La Palabra es un don. El otro es un don.
 
Queridos hermanos y hermanas:
 
La Cuaresma es un nuevo comienzo, un camino que nos lleva a un destino seguro: la Pascua de Resurrección, la victoria de Cristo sobre la muerte. Y en este tiempo recibimos siempre una fuerte llamada a la conversión: el cristiano está llamado a volver a Dios «de todo corazón» (Jl 2,12), a no contentarse con una vida mediocre, sino a crecer en la amistad con el Señor. Jesús es el amigo fiel que nunca nos abandona, porque incluso cuando pecamos espera pacientemente que volvamos a él y, con esta espera, manifiesta su voluntad de perdonar (cf. Homilía, 8 enero 2016).
 
La Cuaresma es un tiempo propicio para intensificar la vida del espíritu a través de los medios santos que la Iglesia nos ofrece: el ayuno, la oración y la limosna. En la base de todo está la Palabra de Dios, que en este tiempo se nos invita a escuchar y a meditar con mayor frecuencia. En concreto, quisiera centrarme aquí en la parábola del hombre rico y el pobre Lázaro (cf. Lc16,19-31). Dejémonos guiar por este relato tan significativo, que nos da la clave para entender cómo hemos de comportarnos para alcanzar la verdadera felicidad y la vida eterna, exhortándonos a una sincera conversión.
 
1. El otro es un don
La parábola comienza presentando a los dos personajes principales, pero el pobre es el que viene descrito con más detalle: él se encuentra en una situación desesperada y no tiene fuerza ni para levantarse, está echado a la puerta del rico y come las migajas que caen de su mesa, tiene llagas por todo el cuerpo y los perros vienen a lamérselas (cf. vv. 20-21). El cuadro es sombrío, y el hombre degradado y humillado.
 
La escena resulta aún más dramática si consideramos que el pobre se llama Lázaro: un nombre repleto de promesas, que significa literalmente «Dios ayuda». Este no es un personaje anónimo, tiene rasgos precisos y se presenta como alguien con una historia personal. Mientras que para el rico es como si fuera invisible, para nosotros es alguien conocido y casi familiar, tiene un rostro; y, como tal, es un don, un tesoro de valor incalculable, un ser querido, amado, recordado por Dios, aunque su condición concreta sea la de un desecho humano (cf. Homilía, 8 enero 2016).
 
Lázaro nos enseña que el otro es un don. La justa relación con las personas consiste en reconocer con gratitud su valor. Incluso el pobre en la puerta del rico, no es una carga molesta, sino una llamada a convertirse y a cambiar de vida. La primera invitación que nos hace esta parábola es la de abrir la puerta de nuestro corazón al otro, porque cada persona es un don, sea vecino nuestro o un pobre desconocido. La Cuaresma es un tiempo propicio para abrir la puerta a cualquier necesitado y reconocer en él o en ella el rostro de Cristo. Cada uno de nosotros los encontramos en nuestro camino. Cada vida que encontramos es un don y merece acogida, respeto y amor. La Palabra de Dios nos ayuda a abrir los ojos para acoger la vida y amarla, sobre todo cuando es débil. Pero para hacer esto hay que tomar en serio también lo que el Evangelio nos revela acerca del hombre rico.
 
2. El pecado nos ciega
La parábola es despiadada al mostrar las contradicciones en las que se encuentra el rico (cf. v. 19). Este personaje, al contrario que el pobre Lázaro, no tiene un nombre, se le califica sólo como «rico». Su opulencia se manifiesta en la ropa que viste, de un lujo exagerado. La púrpura, en efecto, era muy valiosa, más que la plata y el oro, y por eso estaba reservada a las divinidades (cf. Jr 10,9) y a los reyes (cf. Jc 8,26). La tela era de un lino especial que contribuía a dar al aspecto un carácter casi sagrado. Por tanto, la riqueza de este hombre es excesiva, también porque la exhibía de manera habitual todos los días: «Banqueteaba espléndidamente cada día» (v. 19). En él se vislumbra de forma patente la corrupción del pecado, que se realiza en tres momentos sucesivos: el amor al dinero, la vanidad y la soberbia (cf. Homilía, 20 septiembre 2013).
 
El apóstol Pablo dice que «la codicia es la raíz de todos los males» (1 Tm 6,10). Esta es la causa principal de la corrupción y fuente de envidias, pleitos y recelos. El dinero puede llegar a dominarnos hasta convertirse en un ídolo tiránico (cf. Exh. ap. Evangelii gaudium, 55). En lugar de ser un instrumento a nuestro servicio para hacer el bien y ejercer la solidaridad con los demás, el dinero puede someternos, a nosotros y a todo el mundo, a una lógica egoísta que no deja lugar al amor e impide la paz.
 
La parábola nos muestra cómo la codicia del rico lo hace vanidoso. Su personalidad se desarrolla en la apariencia, en hacer ver a los demás lo que él se puede permitir. Pero la apariencia esconde un vacío interior. Su vida está prisionera de la exterioridad, de la dimensión más superficial y efímera de la existencia (cf. ibíd., 62).
 
El peldaño más bajo de esta decadencia moral es la soberbia. El hombre rico se viste como si fuera un rey, simula las maneras de un dios, olvidando que es simplemente un mortal. Para el hombre corrompido por el amor a las riquezas, no existe otra cosa que el propio yo, y por eso las personas que están a su alrededor no merecen su atención. El fruto del apego al dinero es una especie de ceguera: el rico no ve al pobre hambriento, llagado y postrado en su humillación.
Cuando miramos a este personaje, se entiende por qué el Evangelio condena con tanta claridad el amor al dinero: «Nadie puede estar al servicio de dos amos. Porque despreciará a uno y querrá al otro; o, al contrario, se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero» (Mt 6,24).
 
3. La Palabra es un don
El Evangelio del rico y el pobre Lázaro nos ayuda a prepararnos bien para la Pascua que se acerca. La liturgia del Miércoles de Ceniza nos invita a vivir una experiencia semejante a la que el rico ha vivido de manera muy dramática. El sacerdote, mientras impone la ceniza en la cabeza, dice las siguientes palabras: «Acuérdate de que eres polvo y al polvo volverás». El rico y el pobre, en efecto, mueren, y la parte principal de la parábola se desarrolla en el más allá. Los dos personajes descubren de repente que «sin nada vinimos al mundo, y sin nada nos iremos de él» (1 Tm 6,7).
 
También nuestra mirada se dirige al más allá, donde el rico mantiene un diálogo con Abraham, al que llama «padre» (Lc16,24.27), demostrando que pertenece al pueblo de Dios. Este aspecto hace que su vida sea todavía más contradictoria, ya que hasta ahora no se había dicho nada de su relación con Dios. En efecto, en su vida no había lugar para Dios, siendo él mismo su único dios.
 
El rico sólo reconoce a Lázaro en medio de los tormentos de la otra vida, y quiere que sea el pobre quien le alivie su sufrimiento con un poco de agua. Los gestos que se piden a Lázaro son semejantes a los que el rico hubiera tenido que hacer y nunca realizó. Abraham, sin embargo, le explica: «Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en vida, y Lázaro, a su vez, males: por eso encuentra aquí consuelo, mientras que tú padeces» (v. 25). En el más allá se restablece una cierta equidad y los males de la vida se equilibran con los bienes.
 
La parábola se prolonga, y de esta manera su mensaje se dirige a todos los cristianos. En efecto, el rico, cuyos hermanos todavía viven, pide a Abraham que les envíe a Lázaro para advertirles; pero Abraham le responde: «Tienen a Moisés y a los profetas; que los escuchen» (v. 29). Y, frente a la objeción del rico, añade: «Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no harán caso ni aunque resucite un muerto» (v. 31).
 
De esta manera se descubre el verdadero problema del rico: la raíz de sus males está en no prestar oído a la Palabra de Dios; esto es lo que le llevó a no amar ya a Dios y por tanto a despreciar al prójimo. La Palabra de Dios es una fuerza viva, capaz de suscitar la conversión del corazón de los hombres y orientar nuevamente a Dios. Cerrar el corazón al don de Dios que habla tiene como efecto cerrar el corazón al don del hermano.
 
Queridos hermanos y hermanas, la Cuaresma es el tiempo propicio para renovarse en el encuentro con Cristo vivo en su Palabra, en los sacramentos y en el prójimo. El Señor ―que en los cuarenta días que pasó en el desierto venció los engaños del Tentador― nos muestra el camino a seguir. Que el Espíritu Santo nos guíe a realizar un verdadero camino de conversión, para redescubrir el don de la Palabra de Dios, ser purificados del pecado que nos ciega y servir a Cristo presente en los hermanos necesitados. Animo a todos los fieles a que manifiesten también esta renovación espiritual participando en las campañas de Cuaresma que muchas organizaciones de la Iglesia promueven en distintas partes del mundo para que aumente la cultura del encuentro en la única familia humana. Oremos unos por otros para que, participando de la victoria de Cristo, sepamos abrir nuestras puertas a los débiles y a los pobres. Entonces viviremos y daremos un testimonio pleno de la alegría de la Pascua.
 
Vaticano, 18 de octubre de 2016
Fiesta de san Lucas Evangelista
Francisco
El pasado día 22 de febrero de 2016 nos dejaba el Rvdo. P. Enrique León Ruiz, Párroco de San Pedro y San Pablo entre los años 1994 y 2014, y Consiliario que fue de nuestra Cofradía durante esos veinte años. Quiso el Señor llamar a su presencia a nuestro querido Padre Enrique, quien durante tantos años guardó las llaves del Principe de los Apóstoles en nuestra ciudad, precisamente en la Festividad de la Cátedra de San Pedro.
Nacido en 1935 en la localidad granadina de Gójar en apenas un mes, el día de San José, hubiera cumplido sus bodas de oro sacerdotales. Tras su ordenación en 1966 desempeñó el cargo de Vicario cooperador mayor de Montefrío, posteriormente fue  ecónomo en distintas parroquias y finalmente desarrolló su ministerio en Dílar y en nuestra Parroquia de San Pedro de Granada a la que llegó en 1994. Su personalidad arrolladora, bien conocida por todos, tan pronto mostraba su genio como su gran sentido del humor, sus profundas convicciones cristianas y su gran devoción por la Stma. Virgen en las diferentes advocaciones que marcaron su vida como las de la Divina Pastora de Gójar y las Nieves de Dílar, ligadas a su infancia, y especialmente a la Virgen de las Angustias, patrona de Granada. Bien patente quedó esta vocación mariana en nuestra Parroquia hacia las advocaciones del Rocío, Dolores y Maravillas. A Ellas se encomendó  en los últimos años en los momentos de enfermedad. No menor era su admiración por la imagen de Jesús de la Sentencia, “la joya de la corona”, como él cariñosamente lo llamaba. Párroco emérito de San Pedro y San Pablo desde octubre de 2014, los últimos meses de su vida los ha pasado retirado en Calatayud, Zaragoza.
 
Su huella, tras veinte años como Consiliario de esta Hermandad, es como decimos grande entre nosotros. Son varias las generaciones de hermanos a quienes el Padre Enrique nos ha impuesto la medalla de la corporación con bellas palabras, “recibe la medalla de la Hermandad del Señor de la Sentencia y María Stma. de las Maravillas y defiéndela siempre”, toda una invitación a vivir verdaderamente la Fe desde nuestra particular forma de entenderla. Fue un sacerdote comprometido con las Cofradías, seguro de que en un mundo como el de hoy en día ellas son un medio eficaz de llevar a Cristo a todos los hombres. Sus arengas a los costaleros en los retranqueos o antes de las salidas procesionales también eran una invitación a llevar al Señor y la Virgen no solo un día físicamente sino siempre en el corazón.  Fue una persona echada para adelante, no dudó en embarcarse en la necesaria reparación de las cubiertas de la iglesia de San Pedro que hoy en día permite que en su iglesia se siga celebrando el culto. Colaborador con las Hermandades, las puertas de San Pedro siempre estuvieron abiertas para quien lo necesitó, bien lo saben en las corporaciones hermanas de los Dolores, Santo Viacrucis, Silencio y Concepción. Igualmente en nuestra corporación damos fe de su buena disposición, cuando la capilla de María Stma. de las Maravillas necesitó ser restaurada no dudó en el sitio que nuestra Madre debía ocupar, el Tabernáculo, presidiendo la Capilla Mayor nada menos. En 2014 recibió el premio Nazareno del Año que concede Radio Granada en reconocimiento a esta labor en favor de la Semana Santa de Granada.
 
Su pérdida deja una gran desolación en nuestra Hermandad que desea unirse en el dolor a su familia, a su hermano, sobrinas y sobrinos, a Justo y a José Manuel a quienes guió en su vocación. En la esperanza de que ya goza de la presencia del Señor, estamos seguros de que cuando en la media noche del próximo Domingo de Ramos María Stma. de las Maravillas cruce nuevamente el dintel de San Pedro y se aproxime al Altar Mayor, desde el púlpito don Enrique volverá a rezarle a su Virgen el Ave María mirándola a los ojos como todos los años hasta que el paso de palio se arrie justo en su sitio, “donde usted diga don Enrique”.
Durante el Triduo a nuestros Sagrados Titulares que hemos celebramos en este 2016 tuvimos muy presente el Año Santo de la Misericordia en el que nos encontramos.  Por ello, y a propuesta de nuestros Consiliarios, el ejercicio del Santo Viacrucis que realizamos en el segundo día del mismo tuvo carácter especial al rezarse las catorce estaciones basadas en las Obras de Misericordia, las siete corporales y las siete espirituales. 
 
El objetivo de este novedoso rezo era contemplar el dolor, no ya a través de la Pasión del Señor como suele ser habitual, sinó a través de los padecimientos de nuestro prójimo en el que debemos ver el rostro de Cristo. En definitiva, como propone el lema de este Año Jubilar, en hacernos más misericordiosos. De las estaciones primera a la séptima meditamos el viacrucis con las Obras de Misericordia Corporales. De la octava a la decimocuarta con las Obras de Misericordia Espirituales.
 
1ªEstación: Jesús entregado a muerte (Visitar a los enfermos)
 
Te adoramos, Cristo, y te bendecimos. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
 
En una clínica se encontraba ingresado un enfermo al cual nadie visitaba excepto un sacerdote. Un día, ante la tristeza del paciente, el religioso le dijo: mira siempre a esta silla vacía. Piensa que, cuando yo me voy, Cristo está sentado junto a ti, escuchándote, mirándote, cuidándote y animándote. Y piensa también, que cuando duermes, Él vela tus sueños. A los pocos días cuando el sacerdote regresó de nuevo para verlo le informaron que había fallecido. Al preguntar cómo había sido, las enfermeras le contestaron: murió por la noche pero, cuando lo descubrimos por la mañana, nos llamó mucho la atención que estaba sonriendo y fuertemente abrazado a la silla.
Cuántas veces, sin saberlo, podemos ocupar muchos espacios vacíos. Espacios que nadie llena y que, Cristo, reclama. Tengamos un recuerdo especial por los enfermos.
 
Señor pequé, ten piedad y misericordia de mí.
 
2ªEstación: El Señor con la cruz a cuestas (Dar de comer al hambriento)
 
Te adoramos, Cristo, y te bendecimos. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
 
En una localidad existía un crucificado que levantaba mucha devoción. Eran constantes las peregrinaciones hasta ese lugar pero, no menos cierto era, que también había mucha pobreza y miseria en algunos barrios.
Como todas las tardes, un piadoso cofrade pero a la vez bastante tacaño, se acercó hasta el crucificado con intención de adorarlo, besarlo y echar su limosna. Cuál fue su sorpresa cuando al acercarse e ir a besarlo sólo se encontró con un papel que rezaba: “estoy ahí afuera”.
Dar de comer al hambriento denota la grandeza y la sinceridad de la fe. Amar a Dios y no amar a los demás es tener una fe incompleta. Recemos por los hambrientos y necesitados.
 
Señor pequé, ten piedad y misericordia de mí.
 
3ªEstación: Jesús cae por primera vez (Dar de beber al sediento)
 
Te adoramos, Cristo, y te bendecimos. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
 
Dar un vaso de agua resulta fácil pero regalar el “vaso de nuestra persona” a veces resulta costoso y sobre todo sacrificado.
Golpeaba y llamaba a hora y a deshora una anciana en la puerta de su vecino. El resto de los habitantes se quedaban un tanto extrañados por la insistente y constancia de sus visitas. Uno de ellos se acercó hasta la longeva persona y le preguntó: ¿Tiene usted necesidad de algo? ¡No! –respondió la anciana- Y ¿entonces por qué llama tantas veces y tantos días a la puerta de al lado? Llamo –continúo la anciana- porque tengo sed de cariño, sed de compañía, sed de atención, sed de amor, sed de sentirme querida. Todo eso, y mucho más, me lo dan aquellos que viven dentro.
El agua no solamente se sirve en vaso, también con el corazón y desde las palmas abiertas de nuestras manos. Rezamos por los sedientos de tantas cosas. Seamos nosotros vaso.
 
Señor pequé, ten piedad y misericordia de mí.
 
4ªEstación: Jesús se encuentra con su Madre (Dar posada al peregrino)
 
Te adoramos, Cristo, y te bendecimos. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
 
Un constructor sentía con gran pena la jubilación de uno de sus mejores y más humildes obreros. Antes de retirarse le dijo: construye una última casa pero hazlo con detalle, sobre todo confortable y cómoda. El obrero, agradecido por la encomienda, dispuso el mejor solar, la madera del mejor nogal, el suelo con el mejor material y los muebles de la superior calidad. Por si fuera poco, además, la orientó hacia el Este para que por la mañana saludase el sol y rodeada de un inmenso jardín.
Cuál fue su sorpresa cuando, al finalizar la obra, el patrón le llamó y le dijo: aquí tienes las llaves. Es el premio a tu virtud.
El peregrino no es aquel que camina hacia un lugar determinado. Peregrino es el que busca y no encuentra y, también, el que de repente se encuentra con un premio inmerecido: la generosidad que viene de Dios. Como María siempre fue hogar, que también lo seamos para los demás.
 
Señor pequé, ten piedad y misericordia de mí.
 
5ªEstación: El Señor ayudado por un cirineo (Vestir al desnudo)
 
Te adoramos, Cristo, y te bendecimos. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
 
A Teresa de Calcuta, cuando se encontraba curando las llagas de enfermos severos o recogiendo por las calles de Calcuta a pobres de solemnidad le dijeron: “Yo no haría eso por todo el oro del mundo”. Ella, al punto, contestó: “Yo tampoco lo haría; sólo viendo a Dios en la desnudez de estas criaturas veo la belleza de todos ellos más allá del estupor que me producen sus llagas”.
Cuando colocamos a Dios en el centro de todas nuestras acciones somos capaces de llevar a cabo los más altos y nobles ideales. Cuando, por el contrario lo dejamos de lado, una pequeña cordillera nos parece una cumbre imposible de escalar. Con el cirineo seamos sensibles a vestir dignamente al desnudo de su fama, de su vestido o de su dignidad.
 
Señor pequé, ten piedad y misericordia de mí.
 
6ªEstación: La Verónica enjuga el rostro a Jesús (Visitar a los presos)
 
Te adoramos, Cristo, y te bendecimos. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
 
Disertaba un gran predicador sobre la necesidad de hacerse presente en el mundo de los presos. Un feligrés, acomodado y sin excesiva sensibilidad social, le espetó: es imposible llevar a cabo esa obra de misericordia. No hay cárceles a nuestro alcance. Todas quedan muy lejos.
El sacerdote, sonriéndose, siguió el sermón: presos de la tristeza (depresión), enclaustrados en la seducción (bebida y la droga), asfixiados por la amoralidad (no distinguen el bien del mal), aprisionados en la angustia (falta de medios económicos y humanos), dominados por las ideologías (los que defienden su verdad y no la verdad). ¿Sigo? –contestó el predicador- Ya veis, hermanos, que hay muchos presos a nuestro alrededor. El mundo, aunque nos parezca lo contrario, es una inmensa cárcel. Lo peor es que creemos ser totalmente libres. Hay muchos presos, y muy cerca de nosotros, a los que visitar. Como la Verónica también podemos aliviar la esclavitud de los “cristos” encerrados en sí mismos.
 
Señor pequé, ten piedad y misericordia de mí.
 
7ªEstación: Jesús cae en tierra por segunda vez (Enterrar muertos)
 
Te adoramos, Cristo, y te bendecimos. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
 
“No esperes a enterrar a la gente para decirle lo mucho que les querías”. El camposanto, entre otras cosas, es el lugar de las semillas de eternidad; de aquella siembra que en forma de padre, madre, hijo, esposo, sacerdote, religioso, vecino o anónimo depositamos para que Dios, cuando quiera, les haga volver a la vida.
Hay algunas plazas en España, y también en otras ciudades del mundo, en las que se elevan monumentos a mascotas o animales de compañía. En una de ellas, dedicada a un perro reza así al pie de su escultura: a la mejor y más fiel compañía.
Qué triste es que, mientras alzamos monumentos a las mascotas, vayamos desparramando como si nada fueran las cenizas de nuestros seres queridos. ¿Acaso no nos damos cuenta que, al hacerlo, no dejamos un lugar reservado para su memoria? ¿Enterrar a los muertos? ¡Por supuesto! Como Cristo fue depositado en una gruta no estrenada todavía. Nuestros difuntos no pueden caer en el suelo del olvido.
 
Señor pequé, ten piedad y misericordia de mí.
 
8ªEstación: Jesús habla a las Hijas de Jerusalén (Enseñar al que no sabe)
 
Te adoramos, Cristo, y te bendecimos. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
 
En un pueblo ejercía un profesor que tenía el carisma de entretenerse con los alumnos menos aventajados. Un buen día, un grupo de padres, protestó ante los superiores con la excusa de que, el citado profesor, no era diligente con el resto de estudiantes. Alertado el inspector de zona por la denuncia se acercó hasta el aula del pedagogo y, situándose detrás de la puerta, escuchó las siguientes frases: hoy comenzamos de nuevo esta lección sobre la naturaleza; como siempre, al final de esta clase, os quedaréis Juan, María y Alberto para aclarar dudas. Y así fue; al finalizar el horario –el profesor- dilataba una hora más su enseñanza con los que más apoyo necesitaban. Saliendo al exterior dijo a los padres: el profesor es justo con sus hijos pero, con los que está ahora, es caritativo.
Jesús nos habla, como a las mujeres de Jerusalén, para que lamentemos las cosas que merecen la pena y emprendamos el camino de dar luz a los que no la tienen.
 
Señor pequé, ten piedad y misericordia de mí.
 
9ªEstación: Jesús cae en tierra por tercera vez (Dar consejo al que lo necesita)
 
Te adoramos, Cristo, y te bendecimos. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
 
Se acercó un discípulo a su maestro espiritual y le preguntó: ¿Qué tengo qué hacer para ser feliz? El maestro, pensándoselo dos veces, le agarró por el hombro y le susurró al oído: haz lo contrario de lo que te hace desgraciado. El discípulo apartándose con desagrado le contestó: eso no puede ser. No podría vivir sin ello. Entonces, el maestro espiritual le añadió: has venido a pedirme consejo o a reafirmarte en tu insatisfacción. Si quiere escuchar lo que te agrada sigue el mismo camino, pero si sigues mi consejo deberás de elegir otro para salir de tu preocupación y de la confusión en la que se debate tu vida.
Aconsejar como Dios manda, a veces, nos trae complicaciones, persecuciones, incomprensiones o incluso soledades. El consejo ha de iluminar aunque a veces cause dolor o desconcierto y a veces muchos tropiezos con quien más queremos.
 
Señor pequé, ten piedad y misericordia de mí.
 
10ªEstación: Jesús despojado de sus vestiduras (Corregir al que se equivoca)
 
Te adoramos, Cristo, y te bendecimos. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
 
Equivocarse es de humanos y, a veces reírse de los errores de los demás, es de los que son inhumanos. Sólo Dios no comete error y sólo Dios es infalible.
Se equivocó tremendamente Judas (vendió al mejor amigo y se ahorcó); no menos grave fue el equívoco de traición de Pedro (lloró amargamente). A los dos, Jesús, corrigió y advirtió: “lo que tengas que hacer, hazlo cuanto antes” o “antes de que el gallo cante me habrás negado tres veces”.
Los dos quedaron al descubierto pero ninguno de los dos movió un ápice de su intencionalidad. Uno lo hizo con premeditación y, al otro, le pudo la situación o la presión del momento. ¿Cómo corregimos? ¿Con amor o con odio? ¿Para hacer el bien o para dejar al descubierto? ¿Con soberbia o con humildad? Es bueno corregir pero sin despojar a nadie.
 
Señor pequé, ten piedad y misericordia de mí.
 
11ªEstación: Jesús clavado en la cruz (Perdonar al que nos ofende)
 
Te adoramos, Cristo, y te bendecimos. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
 
“Si no perdonas a tu hermano, Dios no te perdonará a ti”. Vivían en un pueblo dos hermanos separados emocionalmente por una herencia mal repartida. El mayor beneficiario vivía absorbido en su posición y engreído en su superior situación económica. En cambio, el pequeño, no era feliz porque aún teniendo lo suficiente para vivir le faltaba un gran capital: la amistad de su hermano.
Cuando llegó Jueves Santo, los dos hermanos coincidieron en el oficio religioso y, sin dudarlo, el menor se acercó al mayor diciéndole: no puedo acercarme al altar si no sello contigo la paz. El mayor, con lágrimas en los ojos, le contestó: ayer me confesé y, al escuchar “Dios te ha perdonado haz tú lo mismo” fui al banco de ahorros y puse a tu nombre la parte de más que la herencia me dejó. Los dos hermanos fundidos en un gran abrazo celebraron el mandamiento del amor. Perdonar es cuestión de un primer pequeño paso y, a veces, cuánto cuesta darlo. No nos quedemos clavados en la cruz del rencor.
 
Señor pequé, ten piedad y misericordia de mí.
 
12ªEstación: Jesús muere en la cruz (Consolar al triste)
 
Te adoramos, Cristo, y te bendecimos. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
 
Había llegado un misionero a una parroquia para preparar la Pascua. Después de la primera alocución, preguntó a los asistentes: ¿Qué es lo más fácil para un cristiano, dar una limosna o hacer sonreír al que está sumergido en la tristeza? La mayoría de los feligreses, levantando la mano, dijeron: hacer sonreír al triste.
El misionero les contrarió advirtiéndoles: consolar al triste no es entretenerle sino preguntar por las causas de su amargura; animar a una persona no es darle palmadas en la espalda sino acompañarle en su decaimiento; alegrar a un abatido no es decirle “ya pasará todo” sino saber descender con él hasta el pozo de sus sufrimientos.
Después de estas palabras, el predicador, preguntó de nuevo: ¿Qué es más fácil; dar limosna o hacer sonreír a un triste? Todos, apesadumbrados, bajaron las manos. Alegrar a los demás, consolarles, es saber, conocer y asumir las razones de su pesimismo o dolores. Consolar no solamente es alegrar sino, como Jesús lo hizo, es compartir la misma vida e incluso morir.
 
Señor pequé, ten piedad y misericordia de mí.
 
13ªEstacion: Jesús bajado de la cruz (Sufrir con paciencia los defectos del prójimo)
 
Te adoramos, Cristo, y te bendecimos. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
 
Quejarse constantemente por los defectos del hermano, no edifica, sino que destruye. ¿De qué nos sirve la queja amarga? Sólo va en nuestro perjuicio, y en el de aquellos que nos rodean. Un carpintero tenía dos operarios, Juan y Pedro. Uno era habilidoso para todo pero, el segundo, era más torpe para colocar la ebanistería en las casas. El dueño de la carpintería, al hacer las cuentas cada mes, veía con sorpresa que lejos de perder ganaba dinero. Un día, el segundo obrero, se le acercó a su amo y le dijo: tengo que decirle algo importante. El dueño, pensando que se trataba de un lamento sobre la torpeza de su compañero, le escuchó. Cuál fue su asombro cuando le dijo: no tome ninguna represalia con Juan. Cuando vamos a las viviendas es un desastre y, tal como hace las cosas, son objeto de mi sonrisa y del colmo de mi paciencia. Pero quiero que sepa una cosa: cuando estamos en el taller, es excepcional y único manejando la sierra, el martillo o el barnizado de toda la carpintería.
El dueño, conmovido por la paciencia y la comprensión de Pedro, decidió subirles el sueldo a los dos. Cada uno, en lo suyo, eran buenos. Y cada uno, en algún momento, tenían sus defectos que eran asumidos y recompensados por el otro.
Nuestra humanidad ingrata fue comprendida y pacientemente clavada en la cruz. Si Jesús hubiera estado pendiente de los fallos de sus discípulos no se hubiera atrevido tan siquiera ni a subir a la barca y mucho menos a dejarse clavar en la cruz. Jesús bajó de la cruz para que nosotros descendamos también a las realidades sufrientes de los demás.
 
Señor pequé, ten piedad y misericordia de mí.
 
14ªEstación: Jesús es puesto en el sepulcro (Rezar por los vivos y difuntos)
 
Te adoramos, Cristo, y te bendecimos. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
 
Si hay alguien que necesita de nuestras oraciones (no sólo de nuestros recuerdos) son precisamente nuestros seres queridos fallecidos y también los que viven junto a nosotros.
Cuando llegaban las fiestas patronales de un pequeño pueblo situado en la montaña, un joven que vivía en la plaza desaparecía todos los días durante las tardes. Sus padres y sus amigos se preguntaban el por qué de esas ausencias repentinas y tan prolongadas. Un día, en medio de las fiestas, decidieron seguirle. El asombro fue enorme cuando, sus pasos, les hizo detenerse en el cementerio. Al sorprenderlo le preguntaron: ¿Qué haces aquí? El joven respondió; me parece injusto que, mientras nosotros estamos disfrutando de las fiestas, otros estén aquí sin poder gozar de la fiesta del cielo porque tal vez han sido olvidados o porque, simplemente, ya no tienen quien les rece. Por eso, porque nosotros estamos en fiesta y rezamos los unos por los otros, aquí tal vez alguno no goza de la fiesta del cielo. Quiero darles el último empujón acompañándoles con mi oración lejos del ruido. Además, ellos, luego me enseñan a sentirme más feliz y a poner cada cosa en su justo sitio.
Ser cristiano, entre otras cosas, es acordarnos de los que ya no existen físicamente pero que espiritualmente necesitan nuestro apoyo. Jesús, desde el sepulcro, nos da vida para todos.
 
Señor pequé, ten piedad y misericordia de mí. 
Misericordia quiero y no sacrificio” (Mt 9,13).
Las obras de misericordia en el camino jubilar
 
1. María, icono de una Iglesia que evangeliza porque es evangelizada
En la Bula de convocación del Jubileo invité a que «la Cuaresma de este Año Jubilar sea vivida con mayor intensidad, como momento fuerte para celebrar y experimentar la misericordia de Dios» (Misericordiae vultus, 17). Con la invitación a escuchar la Palabra de Dios y a participar en la iniciativa «24 horas para el Señor» quise hacer hincapié en la primacía de la escucha orante de la Palabra, especialmente de la palabra profética. La misericordia de Dios, en efecto, es un anuncio al mundo: pero cada cristiano está llamado a experimentar en primera persona ese anuncio. Por eso, en el tiempo de la Cuaresma enviaré a los Misioneros de la Misericordia, a fin de que sean para todos un signo concreto de la cercanía y del perdón de Dios.
 
María, después de haber acogido la Buena Noticia que le dirige el arcángel Gabriel, canta proféticamente en el Magnificat la misericordia con la que Dios la ha elegido. La Virgen de Nazaret, prometida con José, se convierte así en el icono perfecto de la Iglesia que evangeliza, porque fue y sigue siendo evangelizada por obra del Espíritu Santo, que hizo fecundo su vientre virginal. En la tradición profética, en su etimología, la misericordia está estrechamente vinculada, precisamente con las entrañas maternas (rahamim) y con una bondad generosa, fiel y compasiva (hesed) que se tiene en el seno de las relaciones conyugales y parentales.
 
2. La alianza de Dios con los hombres: una historia de misericordia
El misterio de la misericordia divina se revela a lo largo de la historia de la alianza entre Dios y su pueblo Israel. Dios, en efecto, se muestra siempre rico en misericordia, dispuesto a derramar en su pueblo, en cada circunstancia, una ternura y una compasión visceral, especialmente en los momentos más dramáticos, cuando la infidelidad rompe el vínculo del Pacto y es preciso ratificar la alianza de modo más estable en la justicia y la verdad. Aquí estamos frente a un auténtico drama de amor, en el cual Dios desempeña el papel de padre y de marido traicionado, mientras que Israel el de hijo/hija y el de esposa infiel. Son justamente las imágenes familiares —como en el caso de Oseas (cf. Os 1-2)— las que expresan hasta qué punto Dios desea unirse a su pueblo.
 
Este drama de amor alcanza su culmen en el Hijo hecho hombre. En él Dios derrama su ilimitada misericordia hasta tal punto que hace de él la «Misericordia encarnada» (Misericordiae vultus, 8). En efecto, como hombre, Jesús de Nazaret es hijo de Israel a todos los efectos. Y lo es hasta tal punto que encarna la escucha perfecta de Dios que el Shemà requiere a todo judío, y que todavía hoy es el corazón de la alianza de Dios con Israel: «Escucha, Israel: El Señor es nuestro Dios, el Señor es uno solo. Amarás, pues, al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas» (Dt 6,4-5). El Hijo de Dios es el Esposo que hace cualquier cosa por ganarse el amor de su Esposa, con quien está unido con un amor incondicional, que se hace visible en las nupcias eternas con ella.
 
Es éste el corazón del kerygma apostólico, en el cual la misericordia divina ocupa un lugar central y fundamental. Es «la belleza del amor salvífico de Dios manifestado en Jesucristo muerto y resucitado» (Exh. ap. Evangelii gaudium, 36), el primer anuncio que «siempre hay que volver a escuchar de diversas maneras y siempre hay que volver a anunciar de una forma o de otra a lo largo de la catequesis» (ibíd., 164). La Misericordia entonces «expresa el comportamiento de Dios hacia el pecador, ofreciéndole una ulterior posibilidad para examinarse, convertirse y creer» (Misericordiae vultus, 21), restableciendo de ese modo la relación con él. Y, en Jesús crucificado, Dios quiere alcanzar al pecador incluso en su lejanía más extrema, justamente allí donde se perdió y se alejó de Él. Y esto lo hace con la esperanza de poder así, finalmente, enternecer el corazón endurecido de su Esposa.
 
3. Las obras de misericordia
La misericordia de Dios transforma el corazón del hombre haciéndole experimentar un amor fiel, y lo hace a su vez capaz de misericordia. Es siempre un milagro el que la misericordia divina se irradie en la vida de cada uno de nosotros, impulsándonos a amar al prójimo y animándonos a vivir lo que la tradición de la Iglesia llama las obras de misericordia corporales y espirituales. Ellas nos recuerdan que nuestra fe se traduce en gestos concretos y cotidianos, destinados a ayudar a nuestro prójimo en el cuerpo y en el espíritu, y sobre los que seremos juzgados: nutrirlo, visitarlo, consolarlo y educarlo. Por eso, expresé mi deseo de que «el pueblo cristiano reflexione durante el Jubileo sobre las obras de misericordia corporales y espirituales. Será un modo para despertar nuestra conciencia, muchas veces aletargada ante el drama de la pobreza, y para entrar todavía más en el corazón del Evangelio, donde los pobres son los privilegiados de la misericordia divina» (ibíd., 15). En el pobre, en efecto, la carne de Cristo «se hace de nuevo visible como cuerpo martirizado, llagado, flagelado, desnutrido, en fuga… para que nosotros lo reconozcamos, lo toquemos y lo asistamos con cuidado» (ibíd.). Misterio inaudito y escandaloso la continuación en la historia del sufrimiento del Cordero Inocente, zarza ardiente de amor gratuito ante el cual, como Moisés, sólo podemos quitarnos las sandalias (cf. Ex 3,5); más aún cuando el pobre es el hermano o la hermana en Cristo que sufren a causa de su fe.
Ante este amor fuerte como la muerte (cf. Ct 8,6), el pobre más miserable es quien no acepta reconocerse como tal. Cree que es rico, pero en realidad es el más pobre de los pobres. Esto es así porque es esclavo del pecado, que lo empuja a utilizar la riqueza y el poder no para servir a Dios y a los demás, sino parar sofocar dentro de sí la íntima convicción de que tampoco él es más que un pobre mendigo. Y cuanto mayor es el poder y la riqueza a su disposición, tanto mayor puede llegar a ser este engañoso ofuscamiento. Llega hasta tal punto que ni siquiera ve al pobre Lázaro, que mendiga a la puerta de su casa (cf. Lc 16,20-21), y que es figura de Cristo que en los pobres mendiga nuestra conversión. Lázaro es la posibilidad de conversión que Dios nos ofrece y que quizá no vemos. Y este ofuscamiento va acompañado de un soberbio delirio de omnipotencia, en el cual resuena siniestramente el demoníaco «seréis como Dios» (Gn 3,5) que es la raíz de todo pecado. Ese delirio también puede asumir formas sociales y políticas, como han mostrado los totalitarismos del siglo XX, y como muestran hoy las ideologías del pensamiento único y de la tecnociencia, que pretenden hacer que Dios sea irrelevante y que el hombre se reduzca a una masa para utilizar. Y actualmente también pueden mostrarlo las estructuras de pecado vinculadas a un modelo falso de desarrollo, basado en la idolatría del dinero, como consecuencia del cual las personas y las sociedades más ricas se vuelven indiferentes al destino de los pobres, a quienes cierran sus puertas, negándose incluso a mirarlos.
 
La Cuaresma de este Año Jubilar, pues, es para todos un tiempo favorable para salir por fin de nuestra alienación existencial gracias a la escucha de la Palabra y a las obras de misericordia. Mediante las corporales tocamos la carne de Cristo en los hermanos y hermanas que necesitan ser nutridos, vestidos, alojados, visitados, mientras que las espirituales tocan más directamente nuestra condición de pecadores: aconsejar, enseñar, perdonar, amonestar, rezar. Por tanto, nunca hay que separar las obras corporales de las espirituales. Precisamente tocando en el mísero la carne de Jesús crucificado el pecador podrá recibir como don la conciencia de que él mismo es un pobre mendigo. A través de este camino también los «soberbios», los «poderosos» y los «ricos», de los que habla el Magnificat, tienen la posibilidad de darse cuenta de que son inmerecidamente amados por Cristo crucificado, muerto y resucitado por ellos. Sólo en este amor está la respuesta a la sed de felicidad y de amor infinitos que el hombre —engañándose— cree poder colmar con los ídolos del saber, del poder y del poseer. Sin embargo, siempre queda el peligro de que, a causa de un cerrarse cada vez más herméticamente a Cristo, que en el pobre sigue llamando a la puerta de su corazón, los soberbios, los ricos y los poderosos acaben por condenarse a sí mismos a caer en el eterno abismo de soledad que es el infierno. He aquí, pues, que resuenan de nuevo para ellos, al igual que para todos nosotros, las lacerantes palabras de Abrahán: «Tienen a Moisés y los Profetas; que los escuchen» (Lc 16,29). Esta escucha activa nos preparará del mejor modo posible para celebrar la victoria definitiva sobre el pecado y sobre la muerte del Esposo ya resucitado, que desea purificar a su Esposa prometida, a la espera de su venida.
 
No perdamos este tiempo de Cuaresma favorable para la conversión. Lo pedimos por la intercesión materna de la Virgen María, que fue la primera que, frente a la grandeza de la misericordia divina que recibió gratuitamente, confesó su propia pequeñez (cf. Lc 1,48), reconociéndose como la humilde esclava del Señor (cf. Lc 1,38).
 
Vaticano, 4 de octubre de 2015
Fiesta de San Francisco de Assis
Francisco
Según informa el Blog de la Asociación Musical San Isidro de Armilla, formación que acompaña a nuestra titular mariana en la Estación de Penitencia, una de las novedades de su repertorio para este año será la recuperación de la marcha «Virgen de las Maravillas», compuesta por D. José Faus Rodríguez en 1956.
 
En estos días son muchos los detalles que se perfilan para la Estación de Penitencia de nuestra Cofradía, para la que restan menos de sesenta días. Dentro de estos preparativos, la Banda de San Isidro de acuerdo con los responsables de nuestra Hermandad va perfilando la selección de marchas que se interpretarán a María Stma. de las Maravillas. Dentro de la línea  marcada en los últimos años, centrándose en marcha de carácter clásico y solemne, composiciones de autores granadinos y las dedicadas a nuestra corporación, se recupera en esta ocasión esta bella composición. 
 
El Maestro Faus fue uno de los músicos más relevantes en el panorama musical español durante la segunda mitad del siglo XX. De la extensa producción, casi cien obras, de este granadino de adopción nacido en 1913 en Benaguacil (Valencia), destacan sus famosas Estampas Españolas y su obra más reconocida la suit-fantasía “La Alhambra Iluminada” con la que alcanzó gran fama a nivel nacional. Comenzó sus estudios musicales a temprana edad, siendo alumno entre otros de Joaquín Turina y consiguiendo plaza en el Cuerpo Nacional de Directores de Bandas Civiles. Fue director titular de la Unión musical de Almansa primero y a partir de 1953 de la Municipal granadina durante treinta años hasta su jubilación al frente de la cual desarrollo una importante y exitosa labor compaginada con una intensa actividad compositiva.  Fueron muchas las obras dedicadas a nuestra ciudad entre ellas varias marchas de procesión ya que esta formación acompañaba a diversos pasos durante la Semana Santa, «Cristo de los Toreros», «La Dolorosa de Hellín», «Plegaria sin palabras», entre otras. Su implicación con la ciudad se vió recompensada con la concesión del nombre de una calle en la zona del Camino Bajo de Huetor. 
 
“Virgen de las Maravillas” es una marcha en forma de plegaria, es decir concebida para ser acompañada su interpretación por un texto cantado, circunstancia poco habitual hoy en día dentro del género de la marcha procesional pero que la acerca a las que en la primera mitad del siglo XX se denominaban como «marchas religiosas». El Maestro Faus la instrumentó tanto para Banda de Música de plantilla completa como para Orquesta de Cuerdas con la finalidad de que se pudiera interpretar tanto durante la procesión como en actos internos. El origen de su dedicatoria lo encontramos en el título de Hermano Mayor Honorario concedido por la Cofradía al Excelentísimo Ayuntamiento de la ciudad de Granada y al Maestro Faus en el año 1954, el cual acompañaba desde ese año con su banda a la Cofradía en la noche por entonces del Martes Santo. Será en 1956 cuando componga esta marcha para la dolorosa de San Pedro. Según las crónicas periodísticas recopiladas por el historiador Antonio Padial, “al llegar a la tribuna el Maestro Faus con la banda municipal interpretó la marcha Virgen de las Maravillas, que había compuesto, dedicada a la Virgen y el Ayuntamiento le ofreció un ramo de flores a la imagen”. 
 
El acompañamiento a nuestra Hermandad por parte de la Municipal se prolongó durante varias décadas, tras la jubilación y el fallecimiento del Maestro Faus en 1984 dirigida por su actual director Miguel Sánchez Ruzafa, al menos hasta finales de los años 80. Después la interpretación de esta marcha ha sido irregular por las diferentes formaciones musicales que desde los años 90 y hasta la actualidad han acompañado a nuestra Titular siendo en 2013 la última ocasión hasta la fecha en la que se pudo escuchar. Fue en la Plaza de las Pasiegas durante la celebración de la Gran Peregrinación Mariana con motivo del Centenario de la Coronación de la Virgen de las Angustias. La Banda Municipal interpretaba en el discurrir de las diferentes imágenes por este punto del recorrido marchas dedicadas a cada una de ellas siendo esta composición la que acompaño a María Stma. de las Maravillas en aquella histórica ocasión. Momentos que se revivirán el próximo 20 de marzo.   Ha sido grabada hasta en tres ocasiones, siempre a cargo de la Municipal granadina, en 2006 en «Marchas Procesionales-Hermandades de Granada Vol. 1», en 2008 en «Marchas Procesionales- José Faus y Emilio Cebrián» y en 2012 en «Obra integral para Banda de José Faus 1913-1984», siendo una composición habitual en los programas de sus conciertos que ofrece en los Ciclos de Cuaresma.
El día 10 de Septiembre celebramos la festividad de nuestra venerada titular, María Stma. de las Maravillas. Septiembre es un mes especialmente mariano con numerosas festividades de la Virgen María principalmente entorno a la Natividad de Ntra. Señora (día 8) y los Dolores Gloriosos (día 15), siendo el referido día 10 en el que por tradición celebramos la fiesta de nuestra titular mariana. La bella advocación de nuestra Madre nos remite al relato de la Visitación a Santa Isabel, en el que María entona el cántico del Magníficat (Lucas, 1:46-55), … por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada, porque ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso. En numerosas ocasiones los salmos ensalzan las maravillas que el Señor ha realizado por su pueblo: “Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas” (Salmo 98) proclama la Iglesia en solemnidades tan importantes como la Inmaculada Concepción o la Natividad del Señor. Por su parte el Magníficat se incluye en la Liturgia de las Horas, rezándose diariamente en la oración de Vísperas.
 
Si bien la de las Maravillas de María no es una devoción tan generalizada como lo son otros nombres con los que el pueblo cristiano ha aclamado a la bienaventurada Virgen María a lo largo de los siglos, podemos encontrar hasta una treintena de imágenes repartidas por la geografía española e iberoamericana bajo esta advocación. En años pasados, a través de Darro Cofrade se dedicó una interesante serie monográfica a conocer algunas de estas imágenes que comparten advocación con nuestra titular. Recopilamos ahora de forma breve algunos datos de estos artículos a los que añadimos referencias a algunas otras imágenes, recomendando a quien tenga la posibilidad su consulta para ampliar la información.
 
La Congregación de Nuestra Señora Santa María la Real de las Maravillas de Madrid.  En el año 1613 doña Juana de Barahona fundó un Beaterio Carmelita que hacia 1624 se constituye en Comunidad fundando el Convento de Carmelitas Calzadas Recoletas de San Antonio Abad, conocidas estas monjas con el sobrenombre «de las maravillas” tras la aparición en su huerto de una imagen del Niño Dios entre unas calendulas, conocidas tambien con el nombre de «flor maravilla». En el año 1627 adquiere una antigua imagen de la Virgen donada por doña Ana de Carpio, esposa del escultor Francisco de Albornoz, y el Monasterio pasa a llamarse de Nuestra Señora de las Maravillas bajo el patronazgo de Felipe IV a cuyas expensas se construye el suntuoso edificio de nueva planta. La imagen adquiere gran devoción entre el pueblo madrileño,  similar a las de Atocha y la Almudena, llegando a dar nombre al barrio en el que se situaba y a una puerta de la muralla de la ciudad. Durante la Guerra de Independencia el barrio fue escenario de los sucesos del dos de mayo, siendo usado el Convento como hospital. En 1869, con el sexenio revolucionario, las Carmelitas fueron expulsadas,  el Convento derribado y la iglesia desacralizada. En sus terrenos se situó la Plaza del Dos de Mayo. Pese a que las religiosas se llevaron consigo la imagen de la Virgen la devoción permaneció en el barrio, hoy llamado de Malasaña, a través de la nueva Parroquia del mismo nombre para la que se realizó una copia de la imagen, Coronada Canónicamente en el año 1991. Tras su expulsión las religiosas sufrieron un largo peregrinar hasta que a principios del siglo XX construyeron su nuevo convento en la calle Príncipe de Vergara, en el barrio de Salamanca, al que se llamó de las «Maravillas Nuevas». Durante la Guerra Civil tanto la Parroquia de Malasaña como el Convento sufrieron graves daños desapareciendo ambas imágenes de la Virgen de las Maravillas, sustituidas por otras de nueva factura.
 
Virgen de las Maravillas de San Juan de la Palma (Sevilla).  En 1654 se fundó la Hermandad de Ntra. Sra. de las Maravillas en la Iglesia de San Blas, trasladada en 1673 a la iglesia de San Juan de la Palma. Posteriormente pasa a Triana, si bien fue reorganizada en 1724, por un grupo de devotos en su anterior sede de San Juan de la Palma. La imagen de Nuestra Señora de las Maravillas era un grupo escultórico de la Virgen sedente con un niño Jesús en sus brazos, y un San Juanito en su regazo que presenta frutas al Niño, obra del imaginero Benito Hita del Castillo fechada en 1738. En torno a 1838 la hermandad sufre una época de decadencia, extinguiéndose poco después. La imagen de la Virgen pasa entonces a recibir cultos por parte de la Hermandad Sacramental de San Juan de la Palma primero y posteriormente por la de la Amargura por fusión de ambas corporaciones. Ya en el siglo XX participa en la procesión del Corpus de 1926 y en la Exposición Mariana de 1929. Lamentablemente la imagen desaparecerá en el año 1936 durante el asalto a la iglesia de San Juan de la Palma. En la actualidad dos son las corporaciones que en esa ciudad dan culto a la advocación. Por un lado se funda en la década de los 80 la hermandad del Carmen Doloroso que incorpora las Maravillas de María como titular gloriosa con el fin de recuperar esta devoción perdida, habiéndose bendecido en el año 2014 una imagen que recupera la iconografía de la desaparecida talla de Hita del Castillo. Más recientemente se ha constituido una asociación de fieles para dar culto a una imagen de carácter penitencial, la segunda dolorosa con este nombre después de nuestra titular que existe en Andalucía, bendecida en 2015 para el barrio de San Diego.
 
La Virgen de las Maravillas patrona de Cehegín (Murcia). En 1721 el Padre Guardián del Convento Franciscano de San Esteban determina adquirir para su convento una imagen “de la Virgen con el Niño en sus brazos fabricada en los talleres napolitanos de escultura” obra del escultor Nicolás Fumo. El mismo religioso opinaba que el título de la Virgen debería ser el de “Maravillas”, aunque no estuviera acuñado en el santoral como nombre propio de la Virgen. Sin embargo se sugirieron otros nombres, optándose por elegirlo por “insaculación” depositando papeletas con nombres en un saquillo y extrayendo una; repetido varias veces, siempre aparecía según la leyenda el nombre de “Maravillas”. La Virgen llegó en 1725 al puerto de Cartagena desde Italia, siendo admirada en aquellas poblaciones por las que pasaba en su camino hacia Cehegín, a donde llegó el 25 de julio de 1725 siendo trasladada al día siguiente al convento de San Esteban,  donde se venera desde entonces.  La devoción y fama de milagrosa que pronto adquirió hizo que fuera proclamada copatrona  junto a San Zenón, lo que hizo que se aprovecharan los días de fiesta en honor al santo para que también lo fueran en honor de la Virgen. De esta forma quedaron instaurados el día 9 de septiembre el de Zenón, y el 10 el de la Virgen y así el nombre con el que se invocó a esta imagen de «Maravillas» se celebra desde entonces en esa fecha. La devoción fue en aumento, siendo coronada canónicamente en el día de su festividad de 1925 al cumplirse dos siglos de su llegada a la localidad y proclamada patrona de Cehegín en 1927.
 
En la provincia de Málaga: Bobadilla y Maro. Más cerca de nuestra ciudad, en la vecina  provincia de  Málaga, encontramos dos localidades que tienen por patrona a imágenes gloriosas con esta advocación: de un lado en Bobadilla (Antequera) en donde se celebran fiestas en su honor el día 15 de agosto, la imagen fue coronada canónicamente en el año 1989 siendo la titular de la Parroquia de esta localidad. También en el mes de agosto se dedican fiestas en la localidad costera de Maro a su patrona la Virgen de las Maravillas a la cual veneran en su ermita situada en el centro de esta población. Son quizás los lugares reseñados donde mayor predicamento ha alcanzado la advoción de las Maravillas de María, no obstante encontramos muchas otras localidades en las que se le rinde culto; en Cañada Catena, anejo de Beas de Segura (Jaén), en la que es patrona y da nombre a la parroquia de esta pequeña población, Cuevas del Almanzora y Vélez Rubio (Almería), Huesca, Zaragoza, Palma de Mallorca, Tenerife, Medina del Campo (Valladolid), Mataró (Barcelona), La Coruña, Ourense, Lugo, Albacete, Murcia, Pamplona. No queda aquí la cosa ya que fuera de nuestro país también la encontramos en Ciudad de México, Dumaguete (Filipinas) o en Bahía (Brasil), a donde llegó en el siglo XVI, siendo venerada hasta la actualidad en la Catedral de San Salvador.
 
En la provincia de Granada, aparte de en nuestra corporación, también se le da culto con esta advocación a una imagen de moderna factura en la localidad costera de La Herradura que da nombre al barrio donde se encuentra situada su ermita. Se celebran fiestas en su honor en el mes de septiembre. En cuanto a la elección del nombre de nuestra Titular Mariana, tiene algunas similitudes con el caso de la Patrona de Cehegín, puesto que de entre las varias opciones que se propusieron para su advocación resultó del agrado de los hermanos fundadores la de D. Antonio González Ortiz, que al contemplar aquella recogida imagen de la Dolorosa de San Pedro en su capilla exclamó: «¡es una verdadera maravilla! Esta elección resultó a la postre de gran importancia, ya que con ello traían a nuestra ciudad una devoción extendida durante  más de cuatro siglos a lo largo y ancho de nuestro país y más allá de sus fronteras.
 
Referencias:
«Nuestra Señora de las Maravillas», Arte en Madrid, Mercedes Gómez. (VER)
«Breve Historia de la Virgen de las Maravillas», Hermandad de la Virgen de las Maravillas de Cehegín (Murcia). (VER)
Darro Cofrade 2008, «Virgen de las Maravillas en España: El Convento de las Maravillas de Madrid», Manuel Lasala Martos.
Darro Cofrade 2009, «La Virgen de las Maravillas patrona de Cehegín (Murcia)», id.
Darro Cofrade 2010, «La Virgen de las Maravillas de San Juan de la Palma (Sevilla)» id.
El pasado lunes 20 de abril nos dejaba a los 97 años nuestro hermano D. Salvador Contreras López, Decano de la Hermandad, Hermano Mayor Honorario y Cofrade Ejemplar, pero sobre todo un hombre bueno como coinciden en señalar todos aquellos que pudieron conocerle. Hermano de la Cofradía desde el año 1945, es decir prácticamente desde su fundación, a lo largo de estos setenta años fue uno de los cofrades más activos y comprometidos con la misma, siendo historia viva de nuestra corporación. Como padre de una extensa familia inculcó en ella el amor a nuestros Sagrados Titulares extendido ya por cuatro generaciones de cofrades. Durante años portó la Cruz de Guía en nuestra Estación de Penitencia haciendo suyas las palabras de Cristo, “si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame”. Y cuando los años no le permitieron seguir con esta importante y sacrificada labor dejo “su” Cruz en manos de sus hijos que hoy día continúan con esta tradición. Pero la edad no fue nunca obstáculo para que Salvador siguiera vistiendo la túnica nazarena cada año y realizando su Estación de Penitencia dándonos a todos un ejemplo de compromiso cristiano y cofrade, del mismo modo que lo veíamos cada segundo domingo de mes acudir a Misa de Hermandad.
 
En enero de 2003 recibía merecidamente el título de Hermano Mayor Honorario de la Cofradía junto a D. Miguel López Escribano y D. Antonio Ruiz Castillo. Era el reconocimiento a toda una vida de entrega generosa a sus hermanos, de trabajo y sacrificio para en años muy complicados presentar dignamente la Cofradía en la calle, suya fue siempre la labor de mantener y reparar a lo largo de los años las figuras secundarias del paso de Jesús de la Sentencia. Su pasión por el granadinísimo arte de la taracea, dada su cercanía al Monasterio de la Cartuja, tuvo como resultado el bello frontal de altar y zócalo que el mismo junto a sus hijos diseño y construyó para la capilla de Jesús de la Sentencia, completado posteriormente con un juego de candelabros y crucifijo de ingenioso diseño, así como otras piezas para el ajuar de las sagradas imágenes.
 
Su pérdida deja indudablemente un gran vacío en esta Hermandad, sin embargo su mano y su obra permanecen ya para siempre en nuestro patrimonio del mismo modo que su huella perdurará en nuestro recuerdo cada vez que nos acerquemos a rezar a la capilla del Señor o cuando “su” Cruz de Guía atraviese la puerta de la Parroquial de San Pedro en la tarde del Domingo de Ramos. No nos cabe duda que desde el Cielo Salvador seguirá acompañando a su Familia y a su Hermandad por la calles de Granada. Sirvan estas modestas líneas para homenajear la figura de este gran cofrade, pero por encima de todos los títulos la gran talla de un buen hombre, que quizás sea el más importante que podamos darle. Sirvan también para tratar de transmitir un poco de consuelo a su familia, pedimos a nuestra Madre de las Maravillas como Celestial Mediadora que interceda por él ante el Señor, su querido Jesús de la Sentencia, con la seguridad de que ya lo ha acogido en su Gloria.
 
Descanse en la Paz del Señor.